La Batalla de Rande (2018)

Nuestro compañero Álvaro se convirtió en el cronista de una prueba que todo nadador de aguas abiertas debería disfrutar.

Una nueva edición de Rande y un nuevo grupo de espartanos ha vuelto a reverdecer los laureles de Rc7 por aguas gallegas. En esta ocasión a los “viejos guerreros” Salvita, Javi, Rapha y Alvaro se han unido los bríos y la ilusión de los compañeros Salva, Alex, Marcos, y Rubén. Algunos fuimos acompañados de nuestras familias. En esta edición había cinco grupos de nado. A la cabeza, nuestro querido belga Rapha, en un segundo grupo Rubén, el grupo más numeroso con Salvita, Salva, Alex y Javi, el patriarca, y, por último, en inseparable pareja, Marcos y Alvaro cerraban la representacion del club. En labores de colaboracion con la organización y cuidando de nosotros, estaba nuestro amigo y embajador en las aguas del norte Eduardo. Amaneció una mañana soleada y llena de esperanzas. En el puerto nos reencontramos con viejos amigos de otros lugares que siempre gusta volver a ver.
Llegada a la isla mayor de Cíes tras cuarenta y cinco minutos de barco que nos permitieron calibrar parte del recorrido que haríamos de vuelta y en el que tardaríamos alrededor de nueve horas. Nervios, excitación y pistoletazo de salida por orden inverso: los más lentos primero. Nos habían anunciado un viento lateral del norte bastante fuerte que, de hecho, nos acompañó durante buena parte del recorrido. Los primeros compases nadabamos bien, con ganas, con alegría. Pero el avituallamiento no llegaba cuando debía. Los barcos no puedieron hacer la primera parada debido a la fuerte corriente en contra. En el primer grupo nadabamos a 2.50” los cien; en el grupo rápido lo hacian a 2.10”. La cosa estaba más complicada de lo que parecia. Siguió avanzando el dia y el viento empezó a entrar de norte. Pero seguimos. Nuestro Salvita tuvo enseguida un problema en un ojo que lo acompañó, para su desesperación, durante toda la travesía. Pero no desistió en ningún momento. Se fueron sucediendo los avituallamientos y los rápidos fueron adelantando a los más lentos. Pero todos seguimos con tesón y esfuerzo. Una cosa estaba clara: habia que llegar y así estaba escrito. Pasamos por delante de todo Vigo que nos miraba impertubable. Y seguimos. El puente de Rande, talismán y medida, aún quedaba lejos. Finalmente llegó y se superó. Fuimos nadando entre bateas y compartiendo esfuerzo. Al pasar el puente, el viento se recrudeció bastante pero ya olíamos la isla de San Simón. Fuimos llegando a la caida de la tarde progresivamente: Rapha a la cabeza seguido de Rubén, algo mas tarde los Salvas, Javi y Alex, que fueron recibidos por sus familias. Después mi inseparable Marcos y por último un servidor que tuvo el honor de llegar el último pero muy satisfecho al reencontrarse en la llegada con susamigos y con Sabrina.
Lo demás fue una gran fiesta en Redondela con mucha cerveza, anécdotas personales y la entrega de premios. Es, sin duda, una gran travesía que los amigos Aitor y Fernando han cuidado mucho.

Enhorabuena.

Os animo a todos a ir.

2018-09-15T09:50:24+00:00 Nuestros retos|0 Comments