Para que podáis imaginar lo que supone hacer este reto, aquí el relato de uno de los nadadores, miembro de RC7, que hizo la travesía, Eduardo Seva:
“4:25 A.M., oigo el mensaje de Salva que me dice que ya me está esperando en el coche, había llegado el día en el que íbamos a realizar la travesía Alicante-Tabarca.
El 8 de Junio te la jugabas a una sola carta, 9 meses de entrenamiento, en los que te mides tu solo a tu disciplina y motivación. Acompañado de nuestra entrenadora Serrana, he crecido día a día, como nadador, ante un reto que cuando lo marqué parecía imposible y que con esfuerzo y mucha ilusión podía hacerse realidad.
Llegamos alrededor de las 5 a.m. a la playa de San Gabriel, punto de encuentro con nuestros compañeros del club RC7 y el resto de valientes que nos propusimos este reto: Javier Varo, Paco, Pedro y Álvaro.
Preparamos todo para que una vez que veamos los barcos nos lancemos al agua sin pensar en lo que nos quedaba. Coincide nuestra salida con un bonito amanecer y el agua tranquila, nos dividimos en los dos grupos de nado, y junto a Álvaro y nuestro kayaker Oscar guiados por el barco que nos acompañaba y su gran patrón Pedro, iniciamos nuestra primeras brazadas.
Los primeros avituallamientos están dentro de lo esperado, el mar nos acompaña. A partir del kilometro 10, el mar cambia, nos está pillando la corriente de frente y nos cuesta avanzar. Sobre el km 12, nuestro kayaker vuelca y tenemos que subir al barco y recogerlo. Aquí parecía que se iba a acabar la travesía, con el mar en contra y sin kayak, Álvaro y yo nos miramos, sin decir palabra, nos tiramos al agua. ¡Hay que continuar!
El mar cada vez peor hace que nuestro nado no sea cómodo pero al ver la isla, siento que hay que está muy cerquita casi la toco.
En los últimos kilómetros, Nos acompaña la embarcación de David junto a Serrana, Oscar y Jose Ramón, se pone a nuestro lado y nos apoya. En el primer avituallamiento con ellos, siento las palabras de Serrana como si me hubiera dado ración triple. ¡Podemos acabarla!
Los últimos kilómetros se hacen muy lentos pero los disfrute al máximo, ya no quedaba nada para llegar, siento la emoción de haber conseguido algo inalcanzable, mis lagrimas se confunden con el mar mientras veo el fondo de la isla.
Nos vamos acercando, y allí estaban todos y cada uno de los que nos habían acompañado en esta aventura, uno a uno, nos abrazamos en un momento de alegría, difícil de describir, estaba conseguido habíamos hecho lo que nos habíamos propuesto. ¡Estábamos en Tabarca! 21,7 Km de ilusión.”
Felicidades compañeros!! por todo el esfuerzo de los entrenamientos que durante un año habéis hecho, todo esfuerzo tiene su recompensa, y aquí esta la vuestra!!!